Un día se produce un hecho, grave o no. Ese hecho abre un abanico
de posibilidades, de espacios, de caminos a seguir. Hay mucha gente y cada cual
debe elegir cual sigue. Elegir es un decir, pues todos parecen estar
condicionados a seguir un determinado camino. Los espacios se abren y al juzgar
el hecho se cierran. El juicio nace en la mente, se verbaliza y se lleva a los
hechos. Los hechos, como el pensamiento inapelable, hacen que el camino vaya siendo irreversible. Puedes deshacer nudos
en la mente, en las emociones, pero deshacer los hechos es un viaje en el
tiempo imposible de realizar.
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